El momento es grave, no sólo para el pueblo venezolano, no sólo para los pueblos latinoamericanos; todos los pueblos del mundo recibirán los efectos devastadores de las tentativas actuales de putch made in Trump en Venezuela. No se trata de defender, o no, las políticas de Nicolás Maduro; se trata de defender el derecho de cada pueblo a decidir su destino. Por eso la Asamblea de Ciudadanos Argentinos en Francia (ACAF) eleva su voz, no sólo para denunciar, también para alertar sobre las consecuencias imprevisibles de este putch, también para llamar a la reflexión a ciudadanos y dirigentes del mundo, para que actúen con responsabilidad frente a la historia, como ya lo hicieron los presidentes de México y Uruguay, convocando a un diálogo. Contrariamente a esta actitud responsable, la Argentina de Macri ---junto al Brasil de Bolsonaro y otras marionetas latinoamericanas del "grupo de Lima"--- participa activamente en la provocación contra Venezuela; tanto por obsecuencia hacia el "gran patrón del norte", como maniobra diversionista para ocultar la gravísima crisis desatada por su política económica, con la consecuente agudización de la represión.
La historia nos enseña que los Estados Unidos apoyaron a las dictaduras más sangrientas en defensa sus intereses: Trujillo en República Dominicana, Somoza en Nicaragua, Batista en Cuba, y urdieron innombrables golpes militares como el de Pinochet en Chile. Más recientemente, apoyaron el golpe parlamentario contra Dilma Rousseff (2016) en Brasil –-que hoy intentan repetir en Venezuela-- y la prisión de Lula, que resultó en la elección del "demócrata" Bolsonaro. Inclusive hace pocas semanas tuvieron el desparpajo de "hacer la vista gorda" frente al asesinato y descuartizamiento de un periodista opositor en la embajada de Arabia Saudita en Estambul.
En esa misma tradición de violencia, los Estados Unidos buscan hoy un golpe de estado que, con la colaboración de un gobierno dócil en Caracas, les permita controlar la mayor reserva mundial de petróleo de alta calidad. ¡Un golpe de estado para "instaurar la democracia"; un gobierno dirigido por un presidente autoproclamado !. La derecha venezolana y sus mentores del norte reconocen elecciones sólo cuando el resultado les favorece. Así, cuando hace dos años la oposición venezolana ganó las elecciones legislativas, estas fueron aceptadas como libres y justas, aun bajo el mismo presidente que hoy pretenden destituir (y que, además, reconoció el triunfo de la oposición). Pero cuando el resultado de la elección en Mayo de 2018 dió una victoria neta de Nicolás Maduro para la presidencia, denunciaron fraude, manipulación y persecución política.
Seria lamentable que, en la presente encrucijada histórica, los países europeos se sumen a esta escalada desestabilizadora. Todavia está fresco el recuerdo de la invasión a Irak y sus consecuencias nefastas para la estabilidad del Medio Oriente y del mundo. Sólo Francia (por decisión de Chirac) tuvo el coraje de desafiarla abiertamente. La grave situacion que vive hoy Venezuela exige fomentar las instancias de diálogo que permitan una salida del conflicto, con el debido respeto a la Constitución, y a los derechos del pueblo venezolano. Francia debería apoyar la apertura de instancias de negociación.
La ACAF condena toda posible intervención armada exterior en Venezuela, asi como las políticas, explícitas o disfrazadas, de bloqueo económico, financiero y de desabastecimiento de ese pais.
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