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Opiniones

Dernière mise à jour : 7 mars 2019

Charla con Martin Burgos durante su visita a Paris. Martín Burgos es analista económico, coordinador del departamento de economía del centro cultural de la cooperación y profesor de posgrado en varias universidades. -Como es posible que el gobierno macrista a pesar de no haber cumplido ninguna promesa de campaña electoral, siga teniendo un 35% de apoyo? M.B. - Existe en la actualidad una gran decepción entre los votantes de Cambiemos, pero que a pesar de todo sigue manteniendo una importante intención de votos. La principal variable que interesa a ese votante es el nivel del tipo de cambio, más que la realidad de la industria y el empleo. Eso se pudo apreciar en 2018, año durante el cual el dólar subió de 20 a 40 pesos y generó mucho descontento. Con lo cual la variable clave para las elecciones es el dólar. Para sostener el dólar, la ayuda del FMI fue fundamental: prestó 50.000 millones de dólares a devolver a partir de 2020, es decir un préstamo que pagará el próximo gobierno pero del cual gozará el actual. Si bien no cumplió con ninguna promesa de campaña, se sustentó sobre una ideología de derecha muy marcada, que una parte importante de los argentinos comparte: mayor libertad económica, represión a los sectores populares, reducción del gasto público, son tantos temas que agradan el oido de muchos votantes. - Son políticas dirigidas a un electorado con buen nivel económico, cuales son las motivaciones de los demás? Las campañas mediáticas? La deunión del campo opositor? M.B. - No solo son de buen nivel socioeconómico, sino también mucho sectores populares que por distintas razones votan cambiemos. Tenemos que entender que cambiemos también es un frente policlasista, pero con poco territorio, sino que su frente se arma desde los medios de comunicación

- En el contexto de endeudamiento generado y de fuga de divisas, que margen de acción tendría un futuro gobierno progresista si decide una política de la demanda, como intentó el anterior? M.B. - La situación para el gobierno que viene es muy áspera, cualquiera sea el signo político que tenga. Si es la continuidad de cambiemos, es la continuidad de la alianza financiera-energética que tuvo vigencia en estos años, en la cual todos los sectores pagan costos, salvo ellos: continuan la elevada tasa de interés (ganancia de las finanzas) y los aumentos de tarifas (ganancia de las energéticas). El riesgo es que esos intereses sectoriales se lleven puesto la política y todo termine como De la Rua: con descontento social creciente y fuertes movilizaciones sociales, incluso de la clase media. Si gana el peronismo será necesario una refinanciación de los pagos de la deuda, más o menos dura en sus términos, pero claramente el sector financiero empezará a pagar el costos de la crisis como cualquier otro sector. En función de esas negociaciones, se verá si se tiene margen para crecer más o menos. Esos margen de acción son los que el peronismo tendría para mejorar la demanda. La redistribución es central en los diferentes programas de gobierno peronistas que están en carpetas. Hay una fuerte unión de criterios en los programas de Rossi y de Solá por ejemplo, en los cuales numerosos economistas heterodoxos participaron. Si no se presenta Cristina, serán seguramente los principales candidatos del peronismo, por lo tanto esa premisa es importante.

-Existe tal proyecto en el marco de una eventual unión? M.B. - Habrá que ver como se diseña el espacio massista, pero en todo caso la presencia de Lavagna y su hijo marca también varios puntos de coincidencia programática, aunque con algunas diferencias marcadas. De todas formas, la candidatura del espacio massista es la que menos seguridad existe en cuanto a programa económico, dado el gusto de Massa por acomodarse a los tiempos que corren. -Será posible aplicar la ley de medios en el clima actual? M.B. - No lo sé. Clarín ahora es un grupo más poderoso que antes, dado que se quedó con más empresas (telecom y nextel). Tal vez chocar de frente no sea la solución dado que los resultados económicos no van a ser brillantes, pero eso tiene que ver con la muñeca política de la persona que será presidente en diciembre de este año.

-Tenes una idea de como un futuro gobierno progresista encararía la "necesaria refinanciación de los pagos de la deuda, más o menos dura en sus términos? M.B. - Si, en primer lugar hay que saber que el problema es que se puede negociar una quita de los 100 mil millones de dólares de bonos, pero solo se puede pedir alargar los plazos de pago con los 50 mil millones del FMI. Ese esquema es muy similar al del 2001 en el que nunca se dejo de pagar al FMI. El éxito de esas negociaciones dependerá de muchas cosas. En primer lugar el contexto internacional nos da más aire que el que tuvo Alfonsín por ejemplo: la presencia de un tercer actor como China nos permite tener una segunda fuente de financiamiento a través de los swaps y diversas inversiones en infraestructura. El contexto económico será tambien importante: es más fácil obtener divisas para enfrentar los pagos de la deuda con buenos precios de soja que con los precios actuales. Como ven, hay muchos factores que el gobierno no podrá controlar, pero en última instancia creo que la posibilidad de defaultear la deuda es parte de las opciones, aunque no queda como último recurso y no es parte de los programas económicos que se publicitaron.



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